La extracción dental es un procedimiento que consiste en sacar un diente de su alveolo, que es el hueco donde se aloja en el hueso. La extracción dental se realiza cuando el diente está tan dañado o infectado que no se puede salvar con otros tratamientos, como empastes, endodoncias o coronas. También se puede extraer un diente por motivos ortodóncicos, cuando hay falta de espacio en la boca y se necesita alinear los demás dientes. Otra razón frecuente para extraer un diente es cuando se trata de una muela del juicio, que puede estar retenida, impactada o causar problemas en las piezas vecinas.
La extracción dental es un tratamiento de última opción, ya que implica la pérdida de una pieza dental y puede tener consecuencias negativas para la salud y la estética bucal, como el desplazamiento de los dientes adyacentes, la pérdida de hueso o la dificultad para masticar. Por eso, siempre se debe intentar conservar el diente siempre que sea posible, y en caso de tener que extraerlo, se debe valorar la posibilidad de reemplazarlo con un implante, un puente o una prótesis.
En primer lugar debes acudir a Solución Salud en San Sebastián de los Reyes para ser atendido por un especialista que evaluará el tratamiento más adecuado para ti.
Para hacer una extracción dental, el dentista primero anestesia la zona a tratar, para que el paciente no sienta dolor ni molestias. Luego, con unas pinzas especiales, sujeta el diente y lo mueve de un lado a otro hasta que se desprende de su alveolo. En algunos casos, puede ser necesario hacer una pequeña incisión en la encía o cortar el diente en varios fragmentos para facilitar su extracción. Después, el dentista coloca una gasa sobre la herida y le pide al paciente que la muerda para frenar el sangrado. El proceso suele durar entre 15 y 30 minutos, dependiendo de la dificultad de la extracción.
Los tipos de extracciones dentales se clasifican según el grado de complejidad y el acceso al diente:
La recuperación de una extracción dental depende de varios factores, como el tipo de extracción, el estado del diente, la edad y la salud del paciente, y los cuidados que se tengan después del tratamiento. En general, se estima que la recuperación completa puede durar entre una y dos semanas, aunque los primeros días son los más críticos.
Después de una extracción dental, se recomienda esperar a que se pase el efecto de la anestesia antes de comer o beber, para evitar morderse la lengua o la mejilla sin darse cuenta. También se aconseja evitar comer alimentos duros, pegajosos, picantes o calientes, que puedan dañar la herida o causar molestias en el diente. Se debe masticar por el lado contrario al de la extracción, al menos durante las primeras horas o días. Se puede comer alimentos blandos, fríos o templados, como yogur, puré, sopa, gelatina, helado o fruta. Se debe beber abundante agua, pero no con pajita, ya que puede desalojar el coágulo. Se debe mantener una buena higiene bucal, cepillándose los dientes después de cada comida y usando hilo dental y enjuague bucal con suavidad.